jueves, 8 de julio de 2010

El hábito de leer

Todos les huimos a la rutina, pero ésta no siempre es mala. Hace más o menos dos años que todos los jueves son de lectura en mi clase de español avanzado. Ese día no hay gramática ni ejercicios que deban hacerse a la par. Nada de eso. Ese día es para que cada quien lea cuánto y cómo quiera. Les asigno algún ejercicio que hacer, y uno que otro proyecto del libro, pero lo que más interesa es que lean.

No se trata de ir leyendo a caballo. Se trata de leer en el idioma que se estudia y hacer el esfuerzo por entender un material que no ha sido pensado para estudiantes de un segundo, o tercer idioma, sino para  hispano-parlantes. El poder leer estos libros los hace sentir más confianza en sí mismos. Además, es un buen indicador para demostrarles cuánto han aprendido. Por eso, tienen mucho más éxito en esta que en otras áreas más estructuradas.  esta actividad no está supeditada a exámenes ni a los típicos medios de medir su rendimiento académico . Las evaluaciones son generadas por ellos mismos siguiendo los parámetros que les doy.

El otro día cancelé El jueves de lectura por un día normal de clase, y casi se me arma. Estoy consciente de que no es tanto la lectura lo que les atrae del jueves, sino la libertad y el sentirse en control de lo que hacen por 40 minutos. A mí no me molesta que sea así, porque sé que esa actividad ejercita el funcionamiento de otras áreas del cerebro no estimulada por  el factor visual al que tan bien responde la generación milenio.

Traigo esta anécdota a colación porque el otro día una amiga se quejaba de que su hija no quería leer. Ella piensa que la lectura es algo que viene programado en el cerebro de los niños, pero no siempre es así. El gusto por la lectura es un hábito que hay que condicionar y desarrollar. No basta con decirles a los niños "lean." Hay que contribuir a crear un ambiente que los incentive a leer. Para empezar, en casa de mi amiga no hay libros a la vista, jamás llevan los niños a la biblioteca, ni hacen a los niños partícipes del proceso de selección del libro a leer.

Pienso que hay que demostrar con acciones la conducta que pretendemos enseñarles a los niños. En mi caso, propicio el momento para leer, les permito leer lo que quieran, y también soy participante activo de El jueves de lectura. Leo con ellos y  comparto mis impresiones del libro cuando ellos discuten los suyos.

A propósito de mis estudiantes, hoy recibí sus notas en el examen de español AP. De los dieciocho que tomaron el examen catorce sacaron notas sobresalientes -4 & 5. Recibí una linda cartita de mi jefa felicitándome por el éxito de mis estudiantes.

5 comentarios:

  1. Sonia, me encanta leer. Cuando era pequeño mi padre me llevaba a la biblioteca pública para leer los periódicos. De ahí me nació el amor por la lectura.
    Mis hijos desde bien pequeños los llevaba a Barnes & Noble para hojear libros. A ellos les encanta leer.

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  2. Lo dices muy claro: la lectura es un hábito.

    Algunos llegan a ella porque recibieron una motivación de sus padres o otro adulto. Otros por especiales accidentes.

    En mi caro, recuerdo que aunque nunca nadie me dijo "Toma, lee", en mi casa siempre hubo libros. Supongo que mi padre, siempre afanado con la educación escular de mis hermanos y la mía, decidió comprar una colección de enciclopedías, una de aspectores de los seres humanos y otra de el reino animal. ¡Cuantas cosas aprendí!

    Luego me puse a urgar en libros que no estaban a mi alcance y que mi padre tenía guardados de alguna época en que parece leyó, pues nunca lo vi con un libro en la mano. Así llegó a mis manos un libro, de autor anónimo, que se llama El diario de Alicia y trataba sobre cosas no muy actas para una niña de 7 años: de las drogas.

    Recuerdo el día que mi padre se enteró que ese libro lo tenía en las manos...jejejej. Pero bueno, perdona la larga historia, pero no pude evitar recordar este epísodio luego de leer tu reflexión.

    Abrazos.

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  3. Parece ser que no es la rutina en sí lo que puede aburrir o ser mala sino lo que la compone. No puedo encontrar ninguna actividad más rica y compleja y que nos transporte más lejos que el leer. Al hacerlo como diría el amigo Simón utilizamos todos los sentidos: podemos ver, oler, oir, tocar y gustar... Pocas artes o actividades pueden lograr eso.
    En relación a tu amiga es lamentable que no entienda que su hija la está siguiendo y modelando a ella. Sin querer le está transmitiendo sus gustos y como dices el de la lectura no está entre ellos.
    Otro divorcio entre lo que decimos que queremos o queremos proyectar que eso es lo que queremos y lo que realmente hacemos para conseguir eso que...

    Afectos...

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  4. Majarete, el leer es un buen hábito y uno muy bueno para legarles a los pequeños. ¡Enhorabuena!

    Argénida, me ha encantado tu anécdota, no hay porque disculparse. Me encanta habértela hecho recordar y que quisieras compartirla :).

    Fer, el leer es nuestra ventana al mundo conocido y los desconocidos :). Es un viaje para el que no hace falta irnos en avión :0

    Saludos amigos!

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  5. Querida Sonia, a mi nadie me dijo que leyera, pero a mi niño hay que motivarlo muchísimo más, así que estoy totalmente de acuerdo contigo. Una cosa, creo que no basta con tener libros en la casa o leerles, ni siquiera con obligarlos a leer. Pienso que los niños deben ver a sus padres leyendo regularmente, especialmente los más pequeños que lo copian todo. Por cierto, también hice español AP en la secundaria hace muchísimos años y fue con un maestro estupendo... de hecho, esa clase fue mi favorita. Y al igual que con Argénida, la biblioteca de mi casa no era precisamente para ojos pequeños, eran principalmente libros de política, a mi me agarraron fue con un libro sobre la muerte de Caamaño, con unas fotos un poco fuertes.
    Saludos!!

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